Actualmente se dice que somos una sociedad tolerante, pero la realidad es completamente diferente.
Si realmente fuera una sociedad tolerante no se descriminaria y juzgaria tanto a las personas. Si relamente nos considerarámos tolerantes nadie nos etiquetaría, por la forma de vestir, por la forma de hablar, por la gente con la que convives, por tus gustos, por tus opiniones y mucho menos por tus creencias. Se supone que con la globalización estamos en contacto con gente y culturas de todo el mundo, lo que en teoria nos convierte en seres mundiales y respetuosos. Pero solamente es en apariencia porque nuestra tolerancia se termina en cuanto la gente piensa diferente de nosotros,en otras palabras muy rápido. Si realmente fueramos tolerantes y globales no nos importarian las costumbres de otras partes del mundo, no nos importaria su país de origen, no nos preocuparia la religiòn que profesaran y mucho menos su forma de vestir.
Un claro ejemplo de esto fue lo que paso con la tenista isaelí, la cual no pudo participar en el abierto de Dubai por que dicho país no le otorgó la visa correspondiente por el hecho de ser israelí.
En mi corta experiencia de vida me he topado con situaciones adversas en las cuales he requerido ayuda de alguien mas y resulta que las personas que me ayudaban, incluso algunas sin pedirselo, son las que menos imaginé, las que no consideraba como compañeros o amigos cercanos. Esas personas con las cuales no hacía mas que saludarlos porque no creen en lo mismo que yo, se visten de forma rara o los demás hablan mal de ellos. Y ¿donde estaban las personas que piensan como yo, con las que hablo diario, las que supuestamente consideraba mis amigos?, estan demasido ocupados como para marcar, hablar, de plano dejar un mensaje en caralibro.
El punto es que una sociedad tolerante deja a las demás personas ser ellas mismas, una sociedad tolerante deja que las personas practiquen la religión que quieran, respeta a los demás por el simple hecho de que SON personas. Pero lo único que se ve en la calle es como la gente se grita de groserías mientras maneja, las caras despectivas hacia las demás personas, los chiflidos, los empujones. Una persona es tolerante con la otra porque la considera un igual, sabe que también la otra persona tiene cosas que hacer, tiene prisa. Si realmente pusieramos en práctica nuestra tolerancia nos daríamos cuenta que la diversidad cultural es la que da fortaleza, da colorido, amplía el panorama y nos vuelve más poderosos como sociedad. El querer que todos seamos literalmente iguales nos masifica, nos aleja de nuestra individualidad (no se debe exagerar con ella tampoco) y por lo mismo se pierde nuestra identidad y para querer recuperarla recurrimos a medios poco sanos, benéficos y fructíferos.
Para conlcuir solo quisiera decir que hay que pensar en que tan tolerantes somos, cuanto respeto al que me rodea y que pasaría si empezará a considerar a los demás como seres humanos con los mismos derechos que yo.
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Muy buen texto tienes toda la razón gracias por la info
ResponderEliminarSALU2